Xiaomi lleva varias semanas anunciando a bombo y platillo cómo los nuevos terminales —con el Xiaomi 11T por bandera— contarán con soporte HyperCharge de 120W, frente a la carga de 30W del Mi 10T Pro de hace dos años o los 55W del Xiaomi Mi 11.
Pero, ¿qué es esta hipercarga, cuál es el fundamento teórico para ser tan rápida? Y más importante, ¿es fiable, es seguro cargar de manera continuada un móvil con esta nueva tecnología? Eso mismo vamos a tratar de comprobar.
Cómo funciona la carga de una batería
Antes de profundidad en la guerra de los cargadores rápidos vayamos al origen de la cuestión. Explicar cómo opera una batería de polímero de litio es tan fácil como explicar su principio básico: reacción electroquímica. Esta creación se produce mediante electrodos. En toda batería hay ánodos (positivos) y cátodos (negativos), dos tipos de electrodos fundamentales en el flujo de corriente.
Las celdas de la batería, basadas en dos electrodos de algún material compuesto a base de carbono se encuentran "sumergidos" dentro de un electrolito, la sustancia que facilita la movilidad de los iones. Según reciban energía o entreguen energía, así se moverá el circuito creado por miles de estos electrodos.
En la producción de baterías, antiguamente se usaba níquel-cadmio o incluso plomo para revestir estas celdas. Hoy día se utilizan materiales más estables, de mayor densidad energética y rentabilidad por vatio entregado y, sobre todo, menos peligrosos en términos medioambientales. Pero la fórmula en términos de producción energética sigue siendo similar.
A lo largo de los años se han modificado tres elementos clave: el tipo de aleación en el revestimiento, la capacidad de síntesis energética y el rendimiento de los procesadores —quienes toman decisiones clave sobre la carga—. Ah, y el tamaño de las celdas de las baterías. Sucede algo similar a la escala de los chipsets: a menor escala podrás meter más transistores —celdas, en este caso— e incrementar el volumen total de carga.
Uno de los grandes mitos en torno a la carga de baterías dice que si mantenemos el móvil conectado se terminará perdiendo potencia de carga. Esto no es cierto: las partículas ionizadas —ya cargadas— pasan del campo positivo al negativo, bloqueando el acceso a más energía desde los bornes de la batería. Es decir, sería como cerrar las compuertas de una presa: no entrará más agua.
Otro mito, menos falso, apunta a que las baterías se degradan cuanto mayor es el voltaje. Una recomendación clásica era la siguiente: busca un cable más largo para mantener alejado cargador y smartphone con el fin de que éste no absorba parte del calor emanado por el primero. Pero esta es una verdad a medias: a mayor voltaje mayor excedente de calor, derivado del habitual porcentaje de energía perdida. En todo intercambio de energía siempre habrá una parte que se convertirá en residuo.
Y a mayor excedente de temperatura peor rendimiento general. Una batería no produce tanta electricidad como es capaz de almacenar: siempre hay una pérdida mínima.
Y si el deterioro es extremo se producirá una fuga térmica. Es decir, un desbordamiento donde algunos componentes pierden estabilidad, se descomponen y pueden provocar incluso una destrucción parcial del terminar o incluso hacerlo explotar. La tasa de accidentes de este tipo, sin embargo, es prácticamente inexistente.
Hace algunos años, un estudio demostró que los turbocargadores aceleraban el deterioro de los átomos de litio y manganeso de las baterías. Pero todavía queda un actor clave en esta función: el procesador.
Y hay otro problema, y no uno cualquiera: cuanto más rápida es la carga mayor deben ser las paredes separadoras de cada celda —por seguridad, como hemos visto—, reduciendo la cantidad de miliamperios disponible por batería.
El procesador es la clave
Creemos que en un proceso de carga de nuestro móvil interviene el propio cargador-transformador de voltaje y el cable USB de turno. No es así: el procesador decide la intensidad y puede oscilar de más a menos y viceversa o incluso suspender la carga dependiendo de la información que le transmita el terminal.
Este sistema de lectura mide la temperatura y gestiona el nivel de potencia con el fin de no dañarlo nunca. El sistema operativo, funcionando a nivel subconsciente en tu móvil, decide siempre cuánto y cómo se cargará. Xiaomi, para ello, ya patentó su Smart Charging.
La HyperCharge de 120W, en resumen, la decide el procesador: da igual el cable y cargador que uses —si bien es imprescindible recurrir al oficial para poder usar la hipercarga—, el procesador será quien reconozca si tu móvil está capacitado y es compatible con dicha HyperCharge.
¿Y qué pasa con el cargador?
Los adaptadores se componen de tres elementos: cabeza, puerto de conexión y tipo de enchufe. Todos los enchufe de pared de España son idénticos en cuanto al voltaje, con clavijas en forma de C y F. Por otro lado, la conexión hace referencia al tipo de puerto (microUSB o USB-C) y conviene conocer la generación de dicha conexión.
Para entender la fórmula entre voltios y amperios solo hay que multiplicar: 5V y 1A equivale a que el adaptador podrá cargar a 5W. 5V y 3A significa que el adaptador podrá cargar a 15W. Y así.
Para aprovechar la carga rápida se necesita respetar esta fórmula. También a la inversa: un cargador normal nunca podrá aprovechar la carga rápida de un terminal compatible con 120W.
¿Está usted satisfecho con su batería?
A decir verdad, la carrera liderada por Xiaomi no ha contribuido sino a la satisfacción general de los usuarios. En 2011 sólo un 36% decía estar contento con la duración de la batería de su móvil. En 2016 ese ratio de satisfacción general creció hasta el 72%, según un estudio de mercado de Ask your Target Market.
En esa carrera que va de los 5 a los 10 W, a los 18, 33, 67 y 120 W hemos ganado en comodidad y tiempo libre... pese a subir nuestra factura de la luz. No obstante, lo recalcamos: esos sonoros 8 minutos para cargar al 100% un móvil son seguros, aunque también elevan mínimamente el pico de voltaje demandando y, con ello, el gasto energético general.
¿Y qué hay de la longevidad de nuestras baterías? Lo mismo: la carga de 120W mantiene la durabilidad del la batería en la media. Y así lo confirma la propia Xiaomi en una entrevista concedida para TheVerge:
«Esto es algo que hemos probado muy, muy intensamente. Por lo general, para este nivel de carga con baterías con las que hemos probado, después de 800 ciclos de carga todavía tendrá un 80 por ciento de estado de la batería. Ese 20% puede sonar como "oh wow, estoy perdiendo el 20%, pero eso es bastante estándar en básicamente todas las tecnologías de carga. 800 ciclos, para la mayoría de las personas, serán aproximadamente dos años. Así que es bastante sólido».