Monitor curvo, ¿sí o no? ¿Feature para estimular las ventas, simple truco de feria, verdadera herramienta para el gaming más inmersivo o lógica alternativa para trabajar más cómodamente?
Xiaomi actualmente cuenta con un único monitor curvo a la venta, el Mi Curved Gaming Monitor, aunque es muy probable que dentro de poco le hagan compañía otros modelos. Y existe toda una literatura a propósito de estos diseños: artículos que incluso sugieren que despistan más que ayudar, frente a otros estudios que recomiendan implementar sistemas de doble monitor o monitor ultrawide en los entornos de trabajo.
Así bien, con ánimo de llegar a alguna conclusión práctica, hemos hablado con cinco usuarios que han decidido (o no) implementarlos en sus entornos de trabajo y analizamos las causas del porqué de esta decisión.
Argumentos a favor
A favor existen alegatos que citan la inmersión y la eficacia. Como dice Jessica Palomino, «con él gestiono mucho mejor los espacios de trabajo y tengo menos cables que esconder»
Similares a los monitores ultrawide, se estima que los monitores curvos pueden ayudar a mejorar la productividad de una manera similar a un escritorio con doble monitor. Un estudio de la Universidad de Utah corrobora que no solo se trabaja más rápido, sino más cómodamente.
Dentro de su set-up actual, Jessica Palomino, Head of Product & Digital Operations en Webedia España, usa un segundo monitor curvo para la maquetación, diseño y la visualización de "millones de Excels". ¿El argumentario? A continuación:
Como muchos otros, vengo de trabajar en oficina a pasar a trabajar en casa a tiempo completo, por lo que en este último año mi set-up ha ido cambiando según me iba encontrando más o menos cómoda en remoto. Vengo de un MacBook de 15'' y dos monitores externos Dell P2415Q en la oficina. Era mi set-up ideal, tenía un espacio razonable como para colocar ambos monitores y el portátil abierto. Además, con un brazo, tenía ambos monitores montados y los ajustaba según fuese necesitándolo durante el día. La calidad de imagen era perfecta para lo que necesitaba, no es lo mismo que un retina, pero sí la opción más ajustada en calidad-precio para el uso que le estaba dando. Solo me faltaba tener un hub para dejar de romperme la cabeza intentando ocultar todos los cables.
En casa la cosa fue diferente: el espacio que tenía era más reducido, por lo que he ido teniendo que hacer pruebas hasta encontrar la opción más cómoda. Ahora estoy con lo que creo que es el set-up definitivo: un Dell U3419W, un ultrawide de 34''. Siempre he dicho que soy carne del marketing, pero creo que en este caso realmente soy bastante más productiva con el cambio. Un ejemplo claro es que con los dos monitores muchas veces tenía que apagar uno de ellos porque me distraía. Soy de multitasking, pero con dos era multitasking MAL.
Ahora, con él gestiono mucho mejor los espacios de trabajo, tengo menos cables que esconder –¡el conector USB-C también carga el portátil!, además de que el propio monitor incorpora un hub con varios conectores USB 3.0—. También viene bien calibrado de fabrica y, aunque no es 4K, sigue siendo suficiente para el uso que le doy porque cada día diseño menos y abro más excels. Tampoco juego, por lo que su limitación a 60Hz me es bastante indiferente. Otro punto a favor del cambio: los dolores de cuello y espalda, por mirar más de una pantalla, se me han reducido considerablemente. Todo ventajas.
¿Y qué opina un jugador que lo usa cada vez que arranca la consola? Frankie MB, editor en VidaExtra considera que «se consigue una sensación más envolvente a la hora de integrarnos en la partida».
Apostar por un monitor curvo no es una cuestión de estética, sino de comodidad. Si algo he aprendido a lo largo de mis maratonianas sesiones delante del PC es que en lo relativo al tamaño de la pantalla y la resolución más no siempre es mejor: hay un conjunto de factores (incluyendo los componentes de nuestro propio equipo) que tienen más protagonismo en la experiencia y si nuestro espacio es limitado ese extra nos puede salir caro para la vista. Sin embargo, el tema de la curvatura es distinto: por un lado, si solemos jugar en PC, se consigue una sensación más envolvente a la hora de integrarnos en la partida. Por otro, y esto se aplica a todo el mundo, se reduce la fatiga ocular al visionar las áreas más laterales del propio monitor.
No es una cuestión de estética, sino de lógica. La razón de que se reduzca la fatiga se debe a que la distancia entre todas las zonas de la pantalla y los ojos logre ser más o menos homogénea. Dicho de otro modo: si me ahora mismo estás leyendo desde un monitor plano y llevas tus ojos a cualquiera de las cuatro esquinas, verás que la vista tiene que un instante de adaptación. Si esto lo aplicamos a todas las veces que realizas el gesto a lo largo del día nos topamos con un problema. Un aspecto que Samsung y otros fabricantes de alta gama tienen cada vez más en cuenta, no solo apostando por un modelo curvo, sino ultracurvo.
¿Recomiendo un monitor curvo? Esa es una pregunta que debe responder cada uno. El precio se dispara y hay quien usa su PC para ponerse al día de las redes sociales, trabajar en la edición de imágenes, darse el capricho de escribir y ver Netflix. En esos casos concretos, desde luego que no. Pero si eres de los que pasa más horas de las recomendadas jugando a Fortnite, League of Legends o el juego de moda, no solo se trata de una inversión a corto, medio y largo plazo, sino que notarás la diferencia y tu vista lo agradecerá.
Argumentos en contra
Existe un gran argumentario en contra de los monitores curvos. Por ejemplo, una queja general va relacionada con el denominado efecto pillarboxing, las dos grandes barras negras que penden a cada lado cuando trabajamos o jugamos en una relación de aspecto 16:9 frente a un monitor que admite 21:9. A propósito de esto, en el Widescreen Gaming Forum podemos consultar todos y cada uno de los juegos compatibles actualmente con la relación 21:9.
Otra queja apunta al ajuste del perfil de color, más complejo de calibrar respecto a un plano recto, lo que dificulta su implementación en entornos relacionados con la fotografía digital.
Sin embargo, webs como SAAL poseen perfiles de color para descargar y cotejar el rendimiento en todo momento. Veamos qué tienen que decir nuestros entrevistados.
Fernando Sánchez, Senior Editor en Xataka Foto, incide en cómo «la imagen se deforma si no eres el agraciado que te sientas justo en el centro». Por supuesto, ni los usa ni contempla incorporarlos dentro de su set-up de trabajo:
Pienso que los monitores curvos no tienen sentido para los fotógrafos, que es el campo en el que me muevo. En 2017 terminó la moda de los televisores curvos —en principio parecía una buena idea—, "imagen envolvente", decían, "te sentirás dentro de la acción". Lo único que pasaba es que la imagen se deformaba si no eras el agraciado que te sentabas justo en el centro.
Pero recientemente cada vez se ven más monitores curvos para el ordenador bajo el pretexto de ofrecer más pulgadas en menos espacio. En este contexto la idea no es mala. En el ordenador normalmente estás tú solo y sí que te encuentras dentro de la imagen, sobre todo si te gusta jugar.
Sin embargo, los fotógrafos no debemos caer en la tentación. Las pantallas curvas venden que la distancia del centro a las esquinas es siempre la misma para el usuario. Pero siempre que estés en el punto exacto, algo difícil si no eres una máquina. Si trabajas con Photoshop es fácil que las imágenes aparezcan deformadas.
He probado monitores curvos y he jugado a trazar líneas para enderezar imágenes... igual es falta de costumbre pero no conseguía ninguna fotografía recta. Además nunca ves una fotografía con semejante curvatura por lo que tienes que imaginar cómo va a quedar cuando la imprimes o la veas en una pantalla... En definitiva, las fotografías siempre saldrán deformadas y no lo verás nunca correctamente salvo si estás posicionado en el lugar correcto.
Una de cal y una de arena
Pero no todo es blanco o negro. El diablo está en las distintas necesidades de cada uno, como señala nuestro experto en audio e imagen, Juan Carlos López, Senior Editor en Xataka:
«La curvatura del panel de los dispositivos de visualización ha estado en el centro del debate desde que aparecieron las primeras pantallas curvas. Y es comprensible, y positivo, que sea así. Sin embargo, yo no metería todos los dispositivos con panel curvo en el mismo saco debido a que el rol que juega esta característica en los televisores y los monitores es muy diferente.
En mi opinión, y ciñéndome a las pruebas que he podido llevar a cabo durante los últimos años, la curvatura en los televisores es prescindible. De hecho, yo prefiero no apostar por ella, y creo que esta es la opinión mayoritaria de los usuarios y lo que ha provocado que los televisores con panel curvo hayan desaparecido casi por completo del porfolio de los principales fabricantes.
Curiosamente, la curvatura en los monitores ejerce un rol muy diferente. Después de analizar muchas soluciones de este tipo durante los últimos años he llegado a la conclusión de que en este contexto los paneles curvos sí tienen sentido porque mejoran nuestra experiencia de una forma perceptible. Y lo hacen por una razón: habitualmente miramos la pantalla de los monitores desde una distancia sensiblemente más reducida a la que observamos el panel de los televisores.
La proximidad a la pantalla de un monitor provoca que cuando el panel tiene más de 27 pulgadas el ángulo que forma la línea imaginaria que une nuestros ojos con los extremos laterales del panel sea muy reducido. Y observar esa zona del panel desde una perspectiva tan escorada provoca que nuestros ojos reciban menos luz procedente de esa región del monitor, por lo que nuestra percepción de la calidad de imagen en los márgenes del panel se degrada.
Este hándicap se acentúa cuando utilizamos un monitor con panel TN o VA debido a que la dispersión de la luz emitida por su sistema de retroiluminación al atravesar la matriz es reducida. Los paneles IPS consiguen que la degradación del color cuando los miramos desde una posición muy ladeada no sea excesiva, pero, aun así, en mi opinión la mejor forma de resolver esta carencia en los monitores de más de 27 pulgadas consiste, precisamente, en dotar al panel de cierta curvatura.
Mi conclusión después de todo lo que acabo de exponer es que la curvatura en los televisores no aporta nada, e, incluso, es perjudicial debido a que puede degradar la calidad de imagen que perciben las personas que no miran el panel desde una posición centrada. Pero en los monitores de más de 27 pulgadas, especialmente en aquellos con relación de aspecto 21:9 (formato ultrapanorámico), tiene todo el sentido del mundo. Y creo que el mercado ha respondido de una forma tajante condenando los televisores curvos a la desaparición, y protegiendo, al mismo tiempo, los monitores con panel curvado.»
En conclusión, un monitor curvo responderá a un conjunto concreto de necesidades. Dependiendo del uso y el usuario, así será la opción razonable o una apuesta descabellada, tal y como apunta Jose García, Senior Editor en Xataka:
Yo actualmente uso un AOC Gaming 24G2U (239 euros). Me parece un monitor excelente en relación calidad/precio, tanto por su tecnología y rendimiento (IPS, buen brillo y buena representación del color) como por sus características para jugar, ya que tiene una tasa de refresco de 144 Hz y eso para mí, como jugador empedernido que me considero, me parece algo imprescindible.
En cuanto a los monitores curvos, tienen sus ventajas y sus desventajas. Lo cierto es que es muy chulo usarlos en juegos, ya que permiten ver más imagen por los laterales y eso, en según qué genero, puede ser útil. Pero dependerá del ratio de curvatura. También ofrecen una experiencia más inmersiva durante las sesiones de gaming pero a mí, personalmente, me gustan más las pantallas planas, quizá por una cuestión de costumbre. Para trabajar, sin embargo, creo que la curvatura puede hacer más difícil la lectura de según qué textos. Tampoco lo recomendaría para edición fotográfica, ya que en los laterales se puede perder algo de color.
Mi Curved Gaming Monitor 34
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