Cuando te compras un smartphone nuevo, sea de la marca que sea, esperas que te dure. La normativa de la UE establece también que el vendedor debe ofrecer al consumidor una garantía mínima de dos años (garantía legal) como protección frente a los productos defectuosos o que no son o funcionan según lo anunciado.
En algunos países, las leyes nacionales pueden exigir al vendedor un periodo de garantía más largo. El problema es que, si se te estropea y ya no está en garantía, entonces tienes que llevarlo al servicio oficial. Y ahí ya dependes de los precios que la propia marca fije para reparar sus terminales.
Europa obliga por Ley a las marcas de móviles a que los reparen a buen precio
Si bien fue aprobada el pasado abril de este mismo año, la Ley del Derecho a Reparar entró en vigor la semana pasada. La nueva normativa garantiza que "los fabricantes presten servicios de reparación oportunos y rentables e informen a los consumidores sobre su derecho a la reparación". La garantía legal de los bienes reparados podrá "ampliarse un año más gracias a su garantía de calidad, lo que incentivará todavía más a los consumidores a elegir la reparación en lugar de la sustitución".
Vale, esto significa más tiempo de cobertura de la garantía, pero ¿y qué sucede cuando se acabe dicha garantía? Pues según la ley, "el fabricante seguirá obligado a reparar productos domésticos comunes, técnicamente reparables según la legislación de la UE, como lavadoras, aspiradoras e incluso teléfonos inteligentes". Por ello, la marca en cuestión no se puede ponernos tonta si ya no hay garantía, puesto que lo dicta la misma UE.
De hecho, incluso tenemos derecho a solicitar un móvil de recambio, ya que "los consumidores también podrán pedir prestado un dispositivo mientras el suyo está siendo reparado u optar por una unidad reacondicionada como alternativa si la reparación no es posible".
Reparaciones baratas y evitar el reemplazo
La normativa tiene por objeto reforzar el mercado de la reparación en la UE y reducir los costes de reparación para los consumidores. Los fabricantes "tendrán que poner a disposición de éstos piezas de recambio y herramientas a un precio razonable y tendrán prohibido recurrir a cláusulas contractuales y a técnicas relacionadas con los equipos o los programas informáticos que impidan la reparación de bienes".
En concreto, no podrán impedir el uso de repuestos de segunda mano o impresos en 3D por talleres de reparación independientes, ni negarse a reparar un producto únicamente por razones económicas o porque anteriormente fue reparado por terceros. La idea es que se promueva más la reparación y menos el reemplazo, buscando así reducir la cantidad de basura tecnológica que hay en la actualidad.
Eso sí, como toda normativa, tiene un plazo de ajuste. La Ley del Derecho a Reparar ya está en vigor, pero los fabricantes aún tienen 2 años para ajustarse a ella. A partir del 31 de julio de 2026, sí que no podrán esgrimir excusa alguna.
Vía | Normativa de la UE / Página web de la Unión Europea / Xataka Android
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