Con el rumor de un Redmi Note 12 en camino surge la duda, una que ya lleva un tiempo proyectado su sombra: ¿qué pasa con los precios? La evidencia empírica dice que sí, los móviles de Xiaomi son cada vez más grandes, pero también más caros. Y eso no es agradable en un contexto de inflación salvaje.
Porque la auténtica pregunta es, ¿seguirá Xiaomi por ese camino ascendente de seguir subiendo el precio de sus gama media hasta un nuevo techo?
¿Podríamos considerar el Redmi Note 11 Pro+ 5G un "gama alta"?
Nuestra entrevista con el responsable de la marca apuntó a un escenario donde la propia Xiaomi está ganando en presencia en las franjas más elevadas —de 400 a 600 euros—, donde antes contenía un lugar residual, con menos oferta de terminales. Entonces, ¿estamos ante una estrategia para empujar los precios o verdaderamente valen lo que cuestan?
Pero pongámonos en antecedentes: el nuevo Redmi Note 11 Pro+ 5G ha batido todos los récords de precio tanto en las series Redmi como la familia Redmi Note.
Ante un catálogo no poco caótico que no le hace favores al usuario que pasa de puntillas a buscar un gama media económica —y acaba de darse de bruces con que no solo existen decenas de Redmi, sino también decenas de Redmi Note— el nuevo modelo ha superado una franja mágica, la de los 400 euros. El Pro+ en el nombre aduce a potencia extra, a una flecha señalando al cielo, pero la compañía ya tiene para eso sus Xiaomi recortados, como los modelos 'R' o 'I' —mención especial para ese magnífico 11i—.
Pero no intentemos enmendar la plana: el Redmi Note 10 Pro de 8/128GB se puso a la venta en España por 329 euros, con un early bird de 299 euros. Es decir, ahora nos encontramos con un modelo 150€ más caro. Se trata de una importación directa del modelo más potente que fue lanzado en China —sin recortes en cámaras o RAM— pero en la traslación los europeos hemos salido perdiendo. 449,99 euros es mucho dinero para quienes antes operaban bajo la horquilla de los 300-350 euros.
Qué ofrece para costar tanto
Por supuesto, no decimos por decir que puede conceptualmente considerarse gama alta: el Redmi Note 11Pro+ 5G es muy capaz y solvente —pese a vestir MIUI 13, bajo el sistema operativo Android 11, en vez del lógico Android 12—.
En cámaras, su sensor para selfies es sobresaliente y, si bien anda más justo debido a un ultra gran angular humilde, no tiene mucho que envidiar al Xiaomi Mi 11, por ejemplo, que salió a la venta por 749 euros. Visto bajo este prisma, tampoco deberíamos quejarnos: su sensor principal de 108 MP f/1.89, lente 6P y píxeles de 1/1,52 pulgadas garantizan resultados que bien destacan sobre la gama media.
En el día a día, la pantalla AMOLED de 6.67" cumple con nota, con refresco fijo de 120 Hz, resolución FHD+ y, lo que es clave, un pico de brillo de 1.200 nits y contraste de 4.500.000:1 —puedes reproducir pelis y juegos HDR—. Es, a todas luces, una pantalla robusta a la que no se le puede pedir más, acaso pasar de Corning Gorilla Glass 5 a la versión más reciente, Victus, lo que garantizaría un mayor blindaje frente a caídas.
Y si bien el procesador es algo humilde —y barato de producir—, un Mediatek Dimensity 920 no tiene nada que envidiar a un Snapdragon 888. Con hasta 8 GB de RAM LPDDR4x y 256 GB UFS 2.2 de almacenamiento, que podemos expandir hasta 1TB mediante tarjeta microSD, si hablamos de rendimiento puro este sí es un móvil de gama alta. En conectividad nos topamos con la ya omniscientes redes 5G, WiFi 6 de doble banda y Bluetooth 5.2, así que tampoco anda corto en posibilidades cuando viajemos y notemos que la descarga de imágenes y archivos de audio es muy fluida.
Su batería tal vez pueda parecer escasa, con 4.500 mAh, pero su autonomía se complementa gracias a la carga rápida de 120 W —no se olvidan de incluir el cargador en la caja—. En cuanto a exteriores, su construcción cuadrada y trasera perlada anti-huellas se corona con un doble altavoz estéreo firmado por JBL compatible con Hi-Res Audio y Dolby Atmos.
Sí, es cierto, son valores de producción importantes, hay un cuidado real por obtener resultados superiores. Pero seguimos ante el precio de casi un Xiaomi Mi Mix 2, ante una subida, de golpe y porrazo, que no justifican los devenires en la economía global.
"La gama alta es el único camino para el crecimiento", apuntaba el CEO de la compañía. Y los datos parecen darle la razón: la marca gobierna con puño de hierro en nuestro país. No podemos, sin embargo, ocultar nuestra preocupación, y recordar aquel eco, como un adagio que apelaba a vender mucho a bajo precio, ofrecer calidad para el pueblo y, sobre todo, respetar unos márgenes mínimos de beneficio.
Nuestro asidero, hoy por hoy, es el mismo de siempre cuando de Redmi hablamos: tal vez cuenten con un precio de partida elevado, pero también es cierto que apenas tardan un par de semanas en descender, que la marca es muy proactiva en lanzar chollos, en presentar ofertas limitada y ser parte de nuestros Cazando Gangas. Y al fin y al cabo este es un modo alternativo de presencia en el mercado, de subsistencia y persistencia.