Los rumores eran ciertos. Se esperaba conocer algo más en el megalanzamiento de este 30 de marzo y así ha sido: Xiaomi ha comenzado a fabricar sus propios procesadores de imagen bajo el nombre en clave "Surge C1". Y el nuevo Xiaomi Mi Mix Fold será el primer dispositivo en montarlo.
Una noticia en clave "One More Thing" cargada de intenciones: que Xiaomi cuente con su propio chip gráfico significa, en primer lugar, una reducción en los tiempos de producción, pero fundamentalmente significa ser más competitivos, tan económica como tecnológicamente y, esto es clave, más independientes. En la actualidad, MediaTek y QualComm son los actuales protagonistas en un negocio. Xiaomi, al virar hacia "Surge C1", deja de depender —con todo lo que eso implica en las actuales tensiones comerciales— del proveedor del componente principal.
Un interesante precedente
¿Xiaomi fabricando sus propios procesadores? No es la primera vez. Fue en 2017 cuando Xiaomi comenzó a construir sus propios procesadores de 28 nanómetros. Se llamaba Surge S1 y luchaba en la gama media-alta con los Snapdragon 626 y el Mediatek Helio P20.
Aquel SoC montaba núcleos Cortex A53 siguiendo el modelo de 8 núcleos en 2 clústeres de 4 núcleos (los primeros a velocidad 2,2 GHz, los segundos a 1,4GHz). La GPU elegida, por su parte, era una Mali T860 equipada con un algoritmo capaz de reducir el ruido de las fotos de baja luminosidad.
Sin embargo, esta vez las cosas son diferentes. Han pasado cuatro años de aquello, con la promesa de renovar el Surge S1 hacia un microchip independiente. No ha sido así, al menos en la CPU, pero sí en la GPU. Este chip tendrá la responsabilidad de mejorar las funciones de la cámara, equipada con lente líquida.
Este cambio de dirección no es único, ya que "C1" competirá en el tiempo y en los benckmarks con el músculo gráfico de los nuevos HarmonyOS del Huawei P50.
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