Parece que a lo largo de los últimos meses la Unión Europea se está metiendo de lleno en ciertos aspectos que van a marcar el futuro inmediato en el mundo de la tecnología, y especialmente en el de la telefonía móvil. Si bien hace bien poco se anunciaba la obligatoriedad del uso de la conexión del USB-C en cualquier equipo vendido dentro de sus fronteras a partir del año 2024, hoy el acuerdo afecta directamente a la batería interna de los móviles.
Al parecer, la comisión ha llegado a un acuerdo provisional que requerirá que los dispositivos vendidos dentro de la UE deban incorporar una batería reemplazable de forma sencilla para el usuario, una decisión que afectará en gran medida al diseño de los teléfonos inteligentes del futuro.
Una tecnología de hace diez años implementada de nuevo en el futuro
Está claro que la intromisión de la UE dentro del mundo de la tecnología está siendo cada vez más palpable y quiere hacerse notar. Es cierto que la decisión del USB-C afecta en menor medida a diferentes empresas ya que lleva siendo un estándar desde hace bastantes años, pero esta decisión de las baterías extraíbles es bastante más controvertida.
Y esto lo decimos principalmente porque la implementación de esta tecnología afectará directamente al diseño de los teléfonos, los cuales podrían llegar a perder las certificaciones IP que se han ido desarrollando a lo largo de los últimos años. De hecho, se tendría que volver a trabajar en un nuevo sistema que combine la resistencia al agua y al polvo junto a una tapa trasera extraíble, algo que en muchos dispositivos no sería nada sencillo.
Por ejemplo, una de las categorías más afectadas por esta decisión podrían ser los teléfonos plegables. Por norma general, estos smartphones necesitan un diseño completamente controlado de cara al correcto funcionamiento de su plegado, y quizás la implementación de este tipo de tecnologías podrían afectar a que ni siquiera puedan llegar a comercializarse.
Por supuesto, la categoría de los teléfonos inteligentes no sería la única afectada, ya que otros productos como patinetes eléctricos, baterías portátiles, etcétera, deberán acogerse a esta regulación si finalmente se llegase a aprobar. Veremos qué ocurre, pero si bien podríamos beneficiarnos de poder reemplazar las baterías de forma sencilla, quizás no sea lo más recomendable en muchos otros aspectos.