Xiaomi acaba de cumplir 12 añazos. Doce años en los que han pasado por todo tipo de éxitos fulgurantes y calamidades, cambiando de manera innegable las reglas de la telefonía móvil y la industria del Internet de las Cosas. Y ojo, porque las ambiciones no apuntan precisamente bajo: la compañía quiere ser líder mundial y está cerca de conseguirlo.
Pero todo cumpleaños evoca la celebración del comienzo. ¿Y cómo fue el de Xiaomi? Está registrado, y estas son las fotos que lo documentan.
Las fotos de la inauguración
Primer día en la oficina. Con el característico naranja liso, el logo 'xiaomi' cuelga en la parte inferior del cartel de empresa "Beijing Xiaomi Technology Co., Ltd". Unas recién inauguradas oficinas en Zhongguancun, una ciudad considerada el Silicon Valley de China, situada en el noroeste de la ciudad de Pekín.
Ilusionados e incluso algo abrumados por lo que se venía, doce personas pasarían a ocupar sus asientos. Pero antes, el almuerzo de presentación:
Casi cualquier MiFan tiene constancia de esta anécdota: el día inaugural, en vez de servir un copioso catering o comida lujosa en un restaurante en la flor y nata de la ciudad, el equipo de Xiaomi llevó su propio cocedor eléctrico y repartió en 14 boles de gachas de mijo, un desayuno típico del sur, un plano nutricionalmente muy rico pero nada glamouroso.
Y esta es quizá la filosofía y el corazón de la marca: antes de vestirse con terciopelo hay que rellenar el vestido, hay que medir e ir poco a poco, con humildad y trabajo constante. Pocos almuerzos más sencillos que un bol de sopa caliente, pero ese es el desayuno, al fin y al cabo, común en todas las regiones de China, indistintamente de su situación financiera y privilegio económico. La comida del pueblo.