Xiaomi tomó la bandera de innovación de todo el mercado móvil y la ondeó con fuerza cuando puso en circulación el primer teléfono móvil que sonaba sin altavoces, ¿a que no adivinas cómo?
Hoy día, desde el modelo más Premium a la versión más económica, todos los móviles han abrazado el concepto "Todo pantalla", en el que los biseles inferior y superior o están reducidos a una mínima línea o directamente no hay. Pero hace una década, la cosa no era así precisamente.
Sólo hace falta entrar en este enlace, que es simplemente el resultado de poner en Google la cadena 'Smartphones 2014'. Como vemos, todos los móviles tenían las pantallas enmarcadas por los laterales y los biseles superiores, y algunos de ellos incluso conservando el botón físico frontal. Y el sueño de muchos, el de ver pantallas completamente despejadas, se haría realidad ese año.
Sharp Aquos Crystal
¿Ves el móvil justo debajo de este párrafo? Es el relativamente desconocido y super olvidado Sharp Aquos Crystal, un smartphone -hacía ya 7 años que los móviles se habían vuelto inteligentes- que hizo lo que ningún fabricante -ni diseñador- se habían atrevido: quitar los biseles.
En realidad quitó sólo uno, y la pantalla no pasaba de las 5,5 pulgadas -el estándar hoy son 6,43''- pero con eso ya consiguió que el terminal luciera impresionante y fuera algo único en el panorama ese año. Y también logro otra cosa: sembrar un pensamiento en la mente de los diseñadores de Xiaomi, compañía que llevaba sólo 6 años de existencia, pero ya tenía algo que el resto no: un ecosistema de productos en crecimiento que iban más allá de los teléfonos y tablets.
Xiaomi Mi Mix, el todo pantalla
En 2016, y con miras de competir contra rivales como Samsung, que estaba disfrutando del éxito y prestigio conseguidos con sus Samsung Galaxy 6 y 7 con la pantalla doblada por los bordes, Xiaomi pegó un puñetazo de diseño en la mesa con su móvil Xiaomi Mi Mix, un terminal que miraba al Sharp Aquos Crystal y lo superaba con un frontal que era pantalla en más de un 90%, sin bisel superior, sin laterales y solamente un bisel en la parte inferior.
Y además, con un tamaño que hoy día es normal, pero hace una década era una locura: 6,4 pulgadas de pantalla. Obra de Philippe Stark, un diseñador industrial reconocido en el circuito que quería mostrar un nuevo acercamiento al aspecto visual y funcional, el uso de un marco tan enorme tuvo lógicamente consecuencias en el resto del smartphone, tanto a nivel externo como interno.
Un diseño que obligó a replantear elementos
El pantallón interminable del primer Mi Mix obligó a Xiaomi a desplazar la cámara Selfie a la parte inferior del display y disminuir su tamaño en un 50% sin que disminuyera con ello su eficacia, algo que hoy día se solucionaría microperforándola en pantalla por ejemplo.
El sensor infrarrojo también sufrió cambios: se mantuvo en el mismo sitio, pero Xiaomi lo reemplazó por un sensor de proximidad ultrasónico para poder integrarlo en la parte superior sin sacrificar ni un sólo ápice de la pantalla. Y en cuanto al tema de la resolución, Xiaomi tiró la casa por la ventana creando su propio Aspect ratio, o relación de aspecto, de 17:9 a 2040 x 1080 Full HD. ¿El motivo? Que cupiese más contenido y elementos en pantalla manteniendo el mismo espacio.
Sonido Piezoeléctrico
La 'piece de resistance' del Mi Mix, o su característica más curiosa, dado el tamaño de la pantalla y de los componentes internos de hace una década, Xiaomi se dio cuenta de que su Mi Mix no podía montar un altavoz tradicional, ya que no tenía espacio para colocar uno frontal. Por ello recurrió a una solución 'complicada' y a la par resolutiva: cerámica piezoeléctrica.
¿Cómo proyectar el sonido si no tienes un altavoz para hacerlo? Pues de esta manera: todo sonido que salía del Mi Mix, ya fuese una canción, una notificación, una pulsación de tecla o la voz en una llamada, pasaba a ser transmitido por el marco del terminal. El sistema del Mi Mix contaba con un DAC, una pieza que encontramos en prácticamente todos los smartphones encargada de convertir el audio digital en analógico, que a su vez transmite ese sonido a una pieza cerámica piezoeléctrica. Esta pieza era la encargada de convertir esa energía eléctrica que llegaba desde el DAC en energía mecánica.
En este caso, la pieza se deforma al recibir el audio analógico para transmitirlo a su vez al marco metálico del Mi Mix. De la fuente digital a nuestro oído sin emplear ningún tipo de altavoz tradicional. Esto permitía que el teléfono no necesitara de un altavoz situado en el marco ni de ninguna abertura física para que el sonido se pudiera reproducir.
Alabado, exitoso y por menos de 600 euros
Muy similar al Mi Note 2 en cuanto a especificaciones, el Mi Mix montaba un por entonces potentísimo procesador Snapdragon 821, una GPU Adreno 530 y una doble configuración en su memoria, con un modelo de 4GB de RAM LPDDR4 y 128GB de espacio interno de almacenamiento, y otro de 6GB LPDDR4 y 256GB de espacio. La cámara trasera fue uno de los puntos criticados, con un sensor de 16 Megapíxeles PDAF f/2.0, y la delantera de 5MP.
En cuanto a su precio, Xiaomi volvía a jugar fuerte y ajustaba mucho el precio de un móvil que era buque insignia. La combinación de 4GB + 128 GB costaba unos 474 euros, y la de 6GB + 256GB, se elevaba hasta los 542 euros.
Alabado por la crítica por su diseño revolucionario, el Xiaomi Mi Mix fue un éxito pero tampoco tanto. Lo que sí fue el primero de su clase, el inicio de una familia que terminó pronto pero la misma Xiaomi ha recuperado, y que sólo un año después tuvo sucesor con el Xiaomi Mi Mix 2, que nos lo guardamos para otro finde.
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