Parece que los televisores de Xiaomi van a ser más caros. Una noticia que acaba de ser formalmente publicada pero de la que ninguna marca está exenta: faltan chips. El coste de no mantener el ritmo adecuado, de no satisfacer la demanda del mercado global, redunda en un sobreprecio. Por tanto, con el objetivo de ajustarse a los nuevos costes de desarrollo, Xiaomi se verá obligada a incrementar el precio final de sus productos.
“Una escasez extrema", expresaba Lu Weibing, vicepresidente de Xiaomi para Reuters, hace apenas unas semanas. La situación es más crítica de lo que podemos asumir a simple vista.
Los agentes causales son varios: dársenas llenas de barcos sin salir con un flujo normal debido a controles sanitarios extra —la pandemia que parece no dar tregua—, disparando, por ende, el precio de alquiler de contenedores. Un bloqueo histórico, ya resuelto, en el Canal de Suez, el cual supuso una pérdida de 400 millones de dólares por cada hora. Y una escasez de materias primas para fabricar chips al ritmo que el mundo los demanda. Menudo 2021 llevamos.
Una crisis global
Si hace unas horas celebrábamos el precio mínimo de la Xiaomi Mi TV 4S de 43 pulgadas, una smartTV equipada con Android TV y resolución 4K, con una rebaja hasta los 299 euros en MediaMarkt, las noticias del futuro inmediato no parecen muy halagüeñas: los futuros televisores de la marca contarán con un incremento de precio respecto a lo que venimos viendo en la actualidad.
Xiaomi informa de este reajuste tanto a la producción de sus propios televisores como a Redmi, la submarca que siempre destaca por un precio ligeramente inferior.
Como es obvio, esta escasez afecta a todos los sectores. La producción de consolas, smartphones, ordenadores y tablets también se está viendo afectada, ralentizando los procesos de entrega. Fabricantes como Nvidia, Qualcomm o Samsung están sufriendo esta crisis que, según se estima, durará hasta finales de 2021. En el mercado del televisor, LG, Sony o Samsung también están anunciando que llevarán a cabo medidas similares, con aumentos en el precio final entre el 5%, 8% y hasta el 10%.
Tampoco olvidemos el grave incendio producido en la fábrica de Hitachinaka perteneciente a Renesas Electronics Corp, fabricante de chipsets para la industria automovilística —un sector con prioridad frente a los productos de ocio y consumo general—.
En resumen, aunque estos cambios y siempre haciendo caso de la nota oficial “solo afectan al mercado asiático”, es evidente que el precio general de tecnología dentro de Europa puede contar, tarde o temprano, con un ascenso en el precio final.
No en vano, en la actualidad los mayores fabricantes de chips del mundo son TSMC en Taiwán, SMIC en China y Samsung de Corea del Sur. Estados Unidos apenas representa el 12,5% del total de semiconductores fabricados en todo el planeta.
Mi LED TV 4S 55″ (4K-UHD Smart TV)