No cabe duda que cada vez es más habitual ver televisiones de grandes dimensiones a precios más bajos, algo que a muchos usuarios les tienta a la hora de elegir un nuevo modelo. Nos guste o no, esto no es lo más recomendable siempre y cuando queramos cuidar nuestra salud a nivel ocular, así que debemos tener mucho cuidado tomando una decisión.
En base a este problema y gracias a nuestros compañeros de Xataka Home, hemos tenido a bien contaros cuáles son los dos principales riesgos que vamos a tener a la hora de comprar una televisión con una diagonal de pantalla mayor a la recomendada en función al tamaño de nuestro entorno, dos advertencias que debéis tener muy presentes a la hora de elegir un nuevo modelo.
Lo más importante: fatiga visual y molestias físicas
Sin duda, el inconveniente principal de utilizar una televisión de mayor diagonal de la recomendada es el hecho de que vamos a tener mucha fatiga visual e incluso podemos llegar a tener molestias físicas si estamos constantemente moviendo el cuello. Los expertos recomiendan un ángulo de visionado de unos 30 grados para poder evitar éstos problemas, así que tenemos que tenerlo muy presente.
Con éste dato encima de la mesa, la distancia mínima de visionado debe ser de unas tres veces la altura del televisor o 1,6 veces la diagonal de una pantalla con aspecto de 16:9 ya que, de lo contrario, podemos empezar a experimentar algunos problemas como molestias en los músculos del cuello y la espalda e incluso otros síntomas como escozor en los ojos o visión borrosa con un uso prolongado.
Para que podáis poner éstas cifras en contexto con el tamaño de la estancia en la que queréis poner la tele, esta tabla os puede ayudar para haceros una idea de cuál es el tamaño máximo recomendado para cada caso:
Diagonal del televisor |
Altura |
Distancia recomendada |
---|---|---|
49 pulgadas |
627 cm |
1881 cm |
55 pulgadas |
703 cm |
2110 cm |
65 pulgadas |
826 cm |
2479 cm |
75 pulgadas |
975 cm |
2873 cm |
Mucho ojo con el gasto energético
A mayor pantalla, mayor consumo energético, esto no tiene ningún misterio. La mayoría de nosotros no tenemos en cuenta este dato a la hora de comprar una nueva tele, pero para algunas casas puede suponer un aumento significativo del precio que pagamos a final de mes en la factura de la luz.
Obviamente va a depender mucho del modelo que elijamos, el brillo que ofrezca la televisión e incluso la tecnología del panel que se use, pero cuanto más grande sea mayor va a ser el gasto. Por ejemplo, las televisiones con tecnología OLED suelen consumir en torno a 132/394 vatios si elegimos un modelo de 55 pulgadas, mientras que si optamos por uno de 65 pulgadas el consumo se dispara hasta los 169/490 vatios.
A simple vista puede parecer que las diferencias no son muchas, pero si tenemos la televisión encendida durante mucho tiempo puede que gastemos más de lo que nos gustaría. De hecho, la decisión entre elegir un modelo 55 pulgadas frente a una de 75 pulgadas puede suponer cerca de un 70-80% más de consumo eléctrico, por lo que los usuarios que tengan que controlar su gasto de luz pueden llegar a notarlo de manera bastante significativa.
Vía | Xataka Home
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