Es verano y hace mucho calor. Lo entendemos. La necesidad de hacer una visita a la playa aumenta de forma drástica y necesitamos pisar la arena, ya sea por unas horas o durante varios días. Eso implica que llevamos con nosotros nuestros objetos personales, nuestra cartera, bolso y, cómo no, el móvil. Pero para el móvil, la playa es una trampa mortal y el peligro llega desde varios frentes.
Porque como estábamos diciendo, la playa está llena de riesgos. No sólo por el agua, que es un peligro en si misma incluso si fuera dulce, sino también por la arena. Sí, la arena. Te quema los pies, te llena los zapatos e incluso la arrastras hasta el coche y además te puede reventar el móvil de diversas formas. Solemos recomendar que no se lleve el móvil a la playa, y que si lo haces lo metas en una funda estanca, pero al menos que este artículo te sirva para conocer los riesgos.
En la playa todo conspira para destrozar tus dispositivos Xiaomi. Como el agua salada
Podemos empezar hablando del agua, como antes contábamos. Si el agua es un riesgo de por si, el agua salada lo es aún mayor. Contra el agua de mar no pueden ni los dispositivos estancos, esos que te dicen que resisten una inmersión. Cuando se habla de estas cosas, y de la protección IP67, IP68 o IP69, se habla únicamente de agua dulce. Clorada, como mucho. El agua de la piscina de tu barrio, el agua de la ducha. Pero el agua salada es otra historia.
El agua salada es corrosiva, y no hace falta que entre dentro de tu dispositivo. También lo es por fuera. Quizá sientas la tentación de hacer una fotografía metido en el agua, o de ir a nadar un rato con tu Xiaomi Watch amarrado a la muñeca porque en tu casa no le ocurre nada. Aquí sí. La sal del agua provoca que cualquier componente metálico se corroa, y eso incluye acabar no sólo con su aspecto sino también con su eficiencia. El agua salada puede acabar fácilmente con la protección que impide al propio agua entrar en tu reloj o en tu móvil.
Si eso ocurre, el agua salada es mucho más destructiva que el agua dulce. Una vez entra agua salada en el interior de tu reloj o de tu móvil, puedes irte despidiendo. Los métodos para salvaguardar un móvil o un reloj de la entrada de agua son poco o nada efectivos contra el agua de mar, que acabará con los circuitos internos y te obligará a cambiar de dispositivo casi de inmediato. Y si llegase a sobrevivir, no volverá a funcionar como antes. Sirva esto como recordatorio de que las marcas no cubren daños por agua en sus garantías.
Hablemos de la arena de playa, el terror de tu Xiaomi
Por otro lado, además del agua salada tenemos también otro archienemigo de nuestros dispositivos Xiaomi. Hablamos de la arena de playa. Esa arena que sirve para quemarnos las plantas de los pies y que no sólo puede colarse por cualquier rendija de nuestros Xiaomi sino que también nos puede destrozar la pantalla. Es otra de las razones por las que hablamos de que contar con una funda estanca es la mejor solución en caso de ir a la playa con nuestro móvil.
A pesar de que la arena de playa es en realidad una mezcla de diferentes componentes, lo cierto es que mayoritariamente hablamos de roca de cuarzo pulverizada. Este silicato es el que suele ser más fino, el más fácilmente arrastrable por el viento y el que puede colarse en el puerto de carga de nuestro Xiaomi, en los altavoces o incluso en el puerto de auriculares. Por no hablar de que se deposita fácilmente en los espacios que deja la funda que le tenemos puesta a nuestro móvil.
O incluso se posa en la pantalla, lo que puede ser aún peor. Porque ese sencillo gesto de pasar un trapo por la pantalla del móvil para limpiarla, o una camiseta o una toalla, puede hacer que acabemos con el panel completamente rayado debido a que arrastremos algún grano de arena. Porque sí, son prácticamente cristal y puede acabar con el aspecto de nuestra pantalla. Así que si no exponemos el móvil a la arena de playa, mucho mejor. Ojo, que esto también sirve para el reloj. Allá donde haya un cristal protector, la arena puede convertirse en una cuchilla pasando por la puerta del coche. Figuradamente, claro.
Y por último, pero no por ello menos importante, el sol
El sol es uno de los enemigos silenciosos de nuestros dispositivos Xiaomi, pues podemos creer que dejarlos a la sombra los hace estar protegidos pero no. En la playa hace calor a dos niveles. Mucho calor al sol, mucho calor aunque no lo parezca a la sombra. Todo el ambiente está recalentado y eso hace que los dispositivos electrónicos sufran estrés térmico. Un estrés térmico que se acentúa cuando los usamos. De ahí que, en la playa, el móvil se caliente antes de la cuenta.
Si además lo usamos al sol, los modos de pantalla preparados para mejorar la visibilidad hacen que ésta se ilumine con mucha más potencia, lo que sigue añadiendo más y más calor a la coctelera. Todo ello puede acabar con nuestro Xiaomi inutilizado por calor hasta que lo enfriemos, un mecanismo de seguridad bastante extendido en el mundo móvil, o incluso con algún componente fundido. Si usar el móvil con calor es malo, en la playa puede ser incluso peor pues se mezcla con la humedad del ambiente. ¿Y qué dijimos antes que hace el agua salada? Corroer.
Así pues, todo lo que hay en la playa conspira para destrozar tu móvil Xiaomi, tu Xiaomi Watch, tu tablet o cualquier dispositivo electrónico que lleves. Incluso la power bank que guardas en la bolsa de la playa para quedarte sin batería. Nuestra recomendación es y será siempre que no lleves dispositivos electrónicos a la playa, que los dejes en casa. Pero si los vas a llevar, al menos que conozcas los riesgos y los puedas proteger al máximo. Son dispositivos caros y a nadie le gusta tener que reemplazarlos por avería y no por placer. Disfruta del verano.
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