Me cansé de la plancha de toda la vida, la tiré a la basura y no puedo ser más feliz desde ese momento

Podemos hacer ahora mismo una encuesta entre la población adulta e independiente para ver qué tarea del hogar es la más pesada de todas. Y probablemente planchar la ropa esté a la altura de procesos tediosos como el de fregar los platos o limpiar la cocina. En mi caso particular, planchar es lo más horrible del mundo. O lo era, porque un día me lié la manta a la cabeza y mandé la plancha a la basura. Y junto a la plancha, la tabla de planchar.

No sabe uno cuánto espacio tiene en los armarios hasta que tira a la basura la tabla de planchar, esa tabla de surf de la tortura que, por fin, ya forma parte del pasado. La razón es que me animé a darle una oportunidad a las planchas verticales, como la Xiaomi Handheld Garment Steamer que acaba de llegar a España por 29,99 euros. Y no puedo estar más contento de haberlo hecho. Ahora se viene conmigo hasta de viaje.

Por qué necesitas una plancha vertical en tu vida

A pesar de que la función de ambos tipos de plancha es idéntica, la de quitar arrugas a la ropa, lo cierto es que las planchas verticales del estilo de la Xiaomi Handheld Garment Steamer tienen características bastante diferenciadas con respecto a las tradicionales. Te las resumo a continuación:

• Ahorras espacio en casa. Si algo tiene una plancha vertical es que no tienes que apoyar la ropa sobre ninguna superficie concreta (si no quieres). Al planchar la ropa estando colgada, puedes prescindir de la tabla, con el ahorro que eso supone tanto en dinero como en espacio en tu casa. Si tu espacio de almacenamiento es limitado, puedes tirar la tabla a la basura.
• Reduce el riesgo de quemaduras al mínimo. Las planchas verticales no suelen tener la misma potencia que las tradicionales, y la forma en que se usan también ayuda a reducir al mínimo las quemaduras. La plancha tradicional descansa sobre la ropa y es fácil pasarnos de tiempo y quemarla. Con la vertical puedes planchar incluso sin tener que tocar la propia ropa, sólo con el chorro de vapor, así que es mucho más difícil quemar tus prendas.

• Ahorras tiempo y dinero. Aquí las planchas verticales juegan con la gravedad para reducir el tiempo que tardas en eliminar arrugas. Al estar la ropa colgada, las arrugas se van antes que con la prenda extendida sobre la tabla de planchar. Eso hace que tardes menos en planchar, que ahorres energía y, a final de mes, que ahorres en la factura de la luz. No es poco.
• Son mucho más portátiles. Hay modelos de todos los tamaños y colores, pero las planchas verticales suelen ser mucho más ligeras y compactas que las planchas tradicionales. Así que caben en cualquier maleta para irse de viaje contigo. La mía viene conmigo a todas partes.
• Las planchas verticales no sólo planchan. Por último, y no por ello menos importante, las planchas verticales se pueden usar para otras cosas que no sean planchar. Dado que estamos ante un aparato de mano que echa un chorro de vapor, se pueden usar para desinfectar, eliminar olores y muchas otras cosas.

Mi experiencia con el cambio a una plancha vertical

Supongo que como toda persona que se independiza por primera vez, mi vida en mi propio domicilio comenzó planchando toda la ropa cada vez que recogía la ropa del tendedero. Muchos tendrán secadoras, yo no juzgo a nadie, pero en mi caso, al tener la suerte de contar con un patio en mi casa, siempre he echado mano de tendederos tradicionales. Y al recoger la ropa, la planchaba antes de guardarla. ¿En qué se traducía? En un par de sesiones de una hora de planchado a la semana.

Con el tiempo me fui dando cuenta de que aquello era algo un poco arcaico. Que lo hicieran mis abuelos o mis padres no significaba que fuera algo bueno, así que dejé de hacerlo. La ropa se guardaba sin planchar, y se planchaba cuando me la iba a poner. Menos tedioso, pero igualmente tedioso. Saca la tabla de planchar del armario, móntala, conecta la plancha, plancha, recógelo todo y de vuelta al armario. Pero eso un día se acabó para siempre, y no puedo ser más feliz.

Me decidí a hacerme con una plancha vertical. No una exactamente portátil, porque tiene cable (la mayoría lo tienen), pero me la compré. Y menudo cambio. Desde entonces, para planchar cualquier prenda que voy a ponerme sólo tengo que colgarla de una percha que vive permanentemente colgada en la habitación en la que antes guardaba la tabla de planchar. Ni que decir tiene que la percha ocupa mil veces menos que la tabla, claro está. Así que la ropa se cuelga, se plancha en menos de dos minutos, y te la pones. Me la pongo. Y de regalo, está calentita al ponérmela.

EL tiempo me ha demostrado que las planchas verticales o portátiles son la mejor compra que podía haber hecho para mi casa cuando me fui a vivir lejos de mis padres. Ojalá haberlo sabido en ese momento y no años después. Algo como la Handheld Garment Steamer de Xiaomi me habría ahorrado mucho tiempo planchando, muchas horas de pie y mucho dolor de riñones. Además del espacio en casa, eso no se me olvida. Así que, si volviera a independizarme hoy, compraría una plancha vertical con los ojos cerrados.

Y si le dais una oportunidad, sabréis que llevo razón. Muerte al planchado tradicional. Larga vida a las planchas verticales.

Imagen de portada | Creada con Microsoft Designer

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